Tres dietas de comida chatarra

26 agosto, 2013

 

 

Por Gustavo Arámbula

 

Nunca diremos que esto es recomendable, y cuando leas los casos entenderás por qué. Sin embargo, no está demás insistir en que éstos no son ejemplos para seguir.

Todos sabemos que quizá nunca conoceremos a un nutriólogo que, como si nada, nos mire con una sonrisa a los ojos y nos diga «lo que usted necesita es comer sólo hamburguesas de donas glaseadas con tocino, tres veces al día».  Al menos no a un nutriólogo legítimo. Y aun así, existen estas personas que hicieron oídos sordos al buen juicio:

Refresco, como agua de uso

Hace un mes comenzó a circular la historia de una mujer treintañera de Mónaco que ha dicho que en lugar de agua, té o jugos, bebe refresco de cola. La curiosa tradición llevaba ya en marcha 16 años, y finalmente se hizo pública cuando un día, cortesía de una deteriorada salud, sufrió un desmayo. Además de un nivel bajo de potasio y la vida en diarrera continua, la dama padecía taquicardias, que pronto comenzaron a desaparecer cuando sustituyó el refresco por agua natural durante una semana.

Fideos instantáneos y nada más

También en Europa (para que vean que no sólo en América tropezamos con esa piedra), esta vez en Inglaterra, se registró que una chica de 18 años sufría de un desorden que la hacía muy selectiva con la comida. Tanto, que sólo deseaba comer sopas de fideo instantáneas y no otra cosa, por lo que le costaba salir a cenar con amigos, pues cualquier alimento le causaba aversión. Trece años de su existencia así los ha pasado, con el resultado nada optimista: tiene la salud de una mujer de 80 años.

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