Así que estás por tener a tu primer hijo…
20 febrero, 2014
Nadie nace con el manual de la madre perfecta. ¿Y sabes qué? Está bien que te sientas nerviosa. Queremos darte unos simples, pero ciertos consejos, para que la presión se te quite de los hombros
Antes que nada: felicidades. Ahora sí: prepárate. Será un viaje difícil, cansado y en algunas ocasiones espeluznante, pero con el paso de los días encontrarás tu propio paso, tus propios métodos y cuando menos lo esperes, tendrás más momentos de disfrute excepcional que de pequeños dolores de cabeza. Recuerda que no somos más que humanos.
Ten paciencia
No hablamos de tenerle paciencia a tu bebé, sino a la horda de amistades, familiares y expertos que querrán decirte, aun antes de que nazca, cómo cuidar a tu primero hijo. Todos son bien intencionados, y lo que quieren es compartirte esas cosas que a ellos les funcionaron. Sin embargo, también entendemos que en un momento no querrás más consejos. Así que se vale decir «Gracias» y seguir en lo tuyo.
Tu bebé no te está juzgando
Así como cuando aprendiste a andar en bicicleta, es normal uno o dos raspones en el proceso. No te preocupes si tardaste un poco más en cambiarle el pañal, o no encontraste la cantidad apropiada de cobijas al primer paseo al parque. Tú y tu bebé, aunque ya se conocen desde hace nueve meses, están aprendiendo a vivir juntos, ahora fuera de ti, y será un descubrimiento, en su mayor parte, divertidísimo. Así que recuerda: si no puedes calmarlo en su llanto a la primera, no es que tú no seas buena madre, es que todavía tienes que descubrir ese aspecto de la comunicación. Y lo harás.
Está bien pedir ayuda
Y puedes poner tus propios límites. Si sólo necesitas quien vaya al súper por ti, está bien que lo pidas así. No significa que no tengas la capacidad de hacerlo todo. Es más: nadie a quien le importes te lo exige; quien lo haga, simplemente no es capaz de reconocer que cada quién lidia con la maternidad de manera distinta. Da lo mejor de ti y procura, siempre, que tú y tu hijo estén bien, primero, y después todos los demás.
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