Al aire libre

20 mayo, 2014

Como ya te habíamos mencionado, los juegos electrónicos no son malos, pero tampoco hay que descartar las ventajas de salir de casa a jugar. Al fin y al cabo, la batería de los dispositivos de tus hijos no es eterna…

Algo de actividad al aire libre no sólo es bueno para la salud de tus hijos -los humanos somos un poco como las plantas: necesitamos del Sol para crecer y mantenernos en óptimo estado-, sino que ayuda a sus habilidades sociales a y fomentar la convivencia con la familia y otros niños.

Sin embargo, en ocasiones la iniciativa no puede surgir de tus hijos. En especial si notan que en casa los adultos están muy ocupados con otras tareas. Lo sabemos: la vida no da para tanto tiempo libre, pero de vez en cuando puedes aplazar una cita, cambiar una entrega o, simplemente, decirle a algún amigo tuyo que te de oportunidad de disfrutar de la compañía de los pequeños durante toda una tarde, en el parque, o en el patio de tu casa.

No tienen que ponerse a practicar un deporte en forma. Incluso estar en el parque leyendo un libro, paseando con el perro o volando un papalote es actividad suficiente. Aunque no hayan planeado gran actividad física, te darás cuenta que el mismo ambiente te invitará a quemar unas cuantas calorías. Es muy importante que si se juega en un área pública, el espacio esté delimitado para que el juego no se salga de control y los niños estén constantemente supervisados.

Esta es sólo una de las maneras en que el juego, al aire libre, puede ayudar al desarrollo de tus hijos. En cuanto a su educación, uno de tus aportes puede ser un Plan Educación Superior, que te ayude a ahorrar el dinero que podrás aprovechar en la escuela de quienes más te importan. Puedes contratarlo desde el momento en que tus pequeños nazcan, y contratar plazos que pagarán hasta la licenciatura que cursen. Ahorra en UDIS o dólares.

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